Rehabilitación dental sin dolor en Barcelona

El camino establecido es adquirir un estilo de vida más adecuado a la esperanza de vida deseada con respecto a las propias emociones y al propio cuerpo. Por tanto, a través de la decodificación dental de nuestra boca es posible reconocer los conflictos psicoemocionales que han llevado a que nuestros dientes se enfermen y se caigan. Sólo la toma de conciencia de los recuerdos enterrados en el inconsciente, la aceptación de lo ocurrido y la puesta en marcha de acciones permiten calmar el dolor del pasado y reparar el daño psicoemocional sufrido. 

Dado que todo conflicto actúa en tres niveles (psicológico, cerebral y somático) es importante modificar la percepción, reducir la tensión en el cerebro y limpiar nuestro cuerpo físico. Teniendo en cuenta estos 3 niveles, es importante:  

  • Una buena dieta rica en nutrientes de calidad como frutas, verduras, cereales integrales y superalimentos 
  • Estar bien hidratados, ya que es fundamental para el buen funcionamiento de los órganos nobles 
  • Reducir el consumo de azúcar, harina y sal y sustituirlos por miel, azúcar de caña, harina integral y sal del Himalaya.

En casos más exigentes se pueden utilizar remedios homeopáticos como Nux Vomica y Thuya para drenar toxinas, Silicea y Pyrogenium para combatir infecciones y remedios constitucionales como Calcarea Carbonica, Phoshorus, Sulphur y Mercurius para mejorar el terreno del paciente. 

Toxinas para frenar el daño

Numerosas toxinas se introducen en el campo dental en un intento de frenar el daño sufrido en los dientes. Además de que lo más apropiado, y siempre que sea posible, los dientes desvitalizados deben extraerse con técnicas atraumáticas, los alvéolos deben recuperarse/desinfectarse y reemplazarse por implantes sanos e inmunocompatibles 

El otro «contaminante» de la boca está representado por el uso de metales pesados ​​en forma de empastes de amalgama de mercurio, postes y coronas, brackets de ortodoncia, prótesis removibles e implantes dentales de titanio.  

La liberación de partículas metálicas de la superficie del implante conduce a la inflamación de los tejidos circundantes y luego migran a través de los fluidos corporales linfáticos hacia el torrente sanguíneo y desencadenan reacciones alérgicas. Por estas razones, muchos pacientes sienten la necesidad de retirar los implantes de titanio aunque estén bien implantados en el hueso.  

La extracción de implantes metálicos debe realizarse con técnicas mínimamente invasivas y dispositivos específicos sin dañar excesivamente el tejido óseo circundante. Luego, el sitio posterior a la extracción debe recuperarse y reactivarse mediante el uso de tecnología piezoeléctrica y soluciones con ozono. Es útil adquirir hábitos para mantener la salud bucodental mediante la práctica de la limpieza de la lengua, los enjuagues con aceite y la higiene diaria con dentífricos y colutorios a base de ozono. 

Lo primero es hacer un diagnóstico.

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